Reseña. «Geografía de la oscuridad» de Katya Adaui

Reseña Geografía de la oscuridad Katya Adaui

En octubre del año 2023, el Ministerio de Cultura de Perú anunció a Geografía de la oscuridad de Katya Adaui como ganador del Premio Nacional de Literatura en la categoría cuento. Así que, pronto y sin espoilearme, me aventuré a leerla. 

Geografía de la oscuridad reúne dieciséis cuentos cuya temática gira en torno a las crisis en las relaciones familiares, más específicamente las relaciones paternofiliales: hijos que buscan despojarse del yugo materno y paterno, padres que reniegan de una paternidad impuesta, madres obsesionadas con corregir el destino de sus hijos, etc. Todos estos personajes pertenecen a familias colapsadas que apenas se sostienen por algún extraño vínculo que no han decidido establecer ni desean conservar. 

Yo te avisé, no quiero ser padre. Y ahora me has puesto en esta situación sin pedirlo. [...]
Lo miró, se prometió nunca parecerse a él. ¿Cómo iba a lograrlo? No sabía. Demasiados años observándolo. Observando se aprende. 
(«Los pulpos tienen tres corazones»)


Están contagiadas ahora: huesos las unen y huesos las fallan. Su madre ansía su parálisis. Convertirla en su proyecto. Tenerla a disposición inamovible, a merced de un territorio acotado: su propia cama.
(«En lugar seguro»)


La amargura de mi padre me enfurece y poder odiarlo me consuela.
(«Nosotros, los náufragos»)

Más allá de la temática planteada, quisiera detenerme en los espacios que se construyen, de manera sobria pero efectiva (ya volveré sobre su estilo de narración). Las casas, siempre concebidas como un desván de recuerdos familiares, donde la infancia se construye, donde los valores se forman y donde se emparentan los recuerdos más entrañables, se convierten aquí en ambientes malsanos. En Geografía de la oscuridad (ya como su título lo predice y anuncia), las casas, y las otras áreas que cumplen la función de acoger a los personajes (hoteles, hospitales, parroquias, casonas, etc.), son lugares oscuros, tétricos, dañinos, y no exactamente por la descripción de estos, sino por las sensaciones que transmiten y consumen a los protagonistas. El hogar en estos cuentos se asemeja a una prisión, donde los sujetos son despojados de su vigor, de su intimidad y de su autonomía.     

El padre, la madre, la hija, todos en cama a la vez, en el horario en que no se duermen ni la siesta ni la noche. La franja en que la vida se vive ruidosamente: los timbres, las sirenas, los pájaros, las bocinas.
 La casa como un puerto al que van a encallar cruceros perdidos, anclados en el muelle.
Cada quien en sus derivas. Extendidos en sus camas como redes. ¿De qué parálisis hablaba su madre?
 Se gritan de un cuarto a otro y no hay quien les pueda alcanzar algo.
(«Correr»)
 

Quisiera hablar también sobre su estilo de escritura. Al ser el primer libro que leo de Katya Adaui, me asombró la brevedad en su narración. Y ya no solo hablamos de la brevedad en la extensión de los relatos, sino en la construcción de las oraciones. La prosa de Adaui se construye como golpes continuos, sin ornamentaciones forzadas ni descripciones muchas veces carentes de naturalidad. Existe una alta probabilidad de que este estilo sea del disgusto de aquellos lectores acostumbrados a regodearse en el espíritu contemplativo y detallista de otras narraciones más clásicas (quizá yo deba incluirme entre ellos). Sin embargo, en Geografía de la oscuridad, este estilo lacónico se condice y refleja en la atmósfera que el narrador intenta mostrar: no necesita de una descripción minuciosa de los espacios o de las actividades de los personajes, sino de imágenes continuas, de acciones precisas. ¿Abusa de la concisión en los cuentos? Quizá sí, pero es innegable la preocupación de la autora por buscar y afianzar un estilo propio que —según me han comentado— ha ido formando en sus anteriores libros de cuentos.

Llegados a este punto, he de confesar que usualmente este tipo de temas no me resultan tan atractivos en la ficción, menos aún si en dieciséis cuentos (!) se retoman una y otra vez los mismos tópicos en los protagonistas, en las historias y en los mundos representados. Es claro que esta «repetición» le otorga unidad al cuentario: se puede fácilmente trazar la línea temática por la que se conduce la narración; sin embargo, no me deja de inquietar la necesidad de tantos cuentos para reafirmar el mundo que busca mostrarnos Adaui. Más allá de estos últimos pareceres subjetivos, Geografía de la oscuridad es un libro de cuentos con un estilo fresco que desarrolla historias de personajes frustrados en búsqueda de sentido y de familias que paradójicamente están sumidas en la orfandad. 


Ficha 

Autora: Katya Adaui (Lima, 1977)

Editorial: Páginas de espuma

Año: 2021

Páginas: 120

Otros libros leídos de la autora: ninguno antes

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